Antes de explicarte en qué consiste el juego, quiero contarte algo. Era un hábito que tenía muy metido en mi cabeza, era automático y del que no era para nada consciente. Verás, como muchas personas, yo juzgaba continuamente a todas las personas con las que me cruzaba.

Tenía la habilidad de interpretar lo peor de lo peor en cualquier momento, siempre culpaba a los demás de mi “mala suerte”, ellos eran responsables de mi “mal humor”, todo lo hacían “para herirme”,… y podría continuar y continuar. Era como un caimán dispuesto a arrancar cualquier cabeza que se interpusiera en mi camino.

"siempre culpaba a los demás de mi “mala suerte”, ellos eran responsables de mi “mal humor”, todo lo hacían “para herirme”,… y podría continuar y continuar. Era como un caimán dispuesto a arrancar cualquier cabeza que se interpusiera en mi camino. Deja de juzgar"
Así estaba yo: al acecho de cualquier «culpable»

Hasta que entendí que era yo quien creaba la historia, porque no dejaba de ser eso: una historia. Por supuesto, daba por sentado que lo que mi mente malpensada tramaba era cierto y no les daba el gusto de preguntarles. Yo tenía razón. El resto de la humanidad no. Además, aunque preguntara… la gente suele querer quedar bien y no me dirían la verdad. Porque la gente miente.

¡A jugar!

Y aquí viene el juego: puestas a inventar historias, ¿qué te parecería si eligiéramos las que no nos hacen sufrir? Vaya novedad, ¡verdad! Y te voy a proponer este juego a otro nivel: ¿qué tal si no inventamos ninguna historia en absoluto? Esto más que un juego es un reto, un R-E-T-O. ¿Te atreves?

Cuando fui plenamente consciente de que desconocía la historia, el pasado, el entorno, las vivencias, creencias, experiencias, costumbres, etc. de la otra persona, entendí que no tengo (ni tendré nunca) toda la información necesaria para emitir ningún juicio y me pregunté ¿quién soy yo para decidir si esa persona actuó bien o actuó mal? ¿Y en base a qué lo puedo decidir?

¿Serías capaz de de adivinar quién ha crecido en una familia llena de amor de quién ha crecido en una familia donde eran frecuentes los malos tratos? Yo no.

¿Sabes porqué una persona está siempre de mal humor y paga su infelicidad con los demás? Yo no.

Hay miles de historias, miles de decisiones tomadas. Muchas acertadas, muchas erróneas… Tú has tomado las tuyas, ¿crees que son mejores que las del resto de personas? Seguramente, si hubieras vivido la vida de la persona que tienes enfrente, tal cual la vivió ella, habrías tomado las mismas decisiones. Reflexiona un momento: ¿sueles elegir lo que crees que es mejor para ti en este momento o lo que es peor? Que no lo entiendas o compartas, no significa que esté mal.

Es difícil dejar de juzgar. Pero con el tiempo verás que cada vez cuesta menos. A mí me llevó años llegar al punto de no juzgar, es solo cuestión de tomar la decisión, ponerla en práctica y elegir tu camino.

Estamos todos en el mismo juego: la vida. Cada persona tiene sus propias cartas y hace con ellas lo mejor que sabe y puede en cada momento.

¿Quién gana?

Ganamos todas y cada una de las personas del planeta. ¿Sabes porqué? Porque haremos de él un lugar más relajado, en el que podremos mostrarnos tal como somos, sin la presión del “qué dirán”, porque no dirán nada. Porque juzgar cansa, agota, a quien emite el juicio y a quien es juzgado. Porque te liberarás de esa presión de tener que decidir constantementre qué está bien y qué está mal (y, además seamos honestas, a nadie le interesa). Porque podrás deshacerte del gran peso de las máscaras, armaduras y escudos que has estado cargando y por fin podrás dedicar esa energía que hasta ahora destinabas en defenderte, a aceptarte, quererte y respetarte y a celebrar tus propios logros. Porque los juicios atacan directamente a lo más importante de cada ser humano: el amor a uno mismo.

Deja de juzgar. Y si te juzgan… no juzgues. Entiende que cada persona hace lo mejor que sabe y puede con las cartas que tiene y ayuda, en la medida de lo posible, a hacer de tu entorno un lugar más consciente para que día a día seamos más los ganadores.

“¿Quieres cambiar tu futuro? Cambia tu presente. Si no sabes cómo, te ayudo.”

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Javiera Martínez Coaching
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